Calidad y servicio, póngamelos para llevar

El conocimiento es poder. A esta premisa se podrían acoger todos los adelantos que se están produciendo en la sociedad en general; cómo no, también en el ámbito de la hostelería. Valorar la calidad del producto con el que se trabaja se ha convertido en una de las prioridades para los profesionales. De hecho, el delicado proceso de seleccionar las piezas más importantes y ensalzar su valor es el que ha logrado incrementar el Interés de los consumidores en el desarrollo de esta actividad. La especialización, que tantas oportunidades está abriendo en un entorno cambiante como es el de la hostelería, va de la mano de una mejora en la eficiencia y productividad. Y como se puede observar a lo largo de este número de InfoHoreca, la estandarización es una competencia sin la cual es muy difícil sostener un negocio que aspira a ser único. Andoni Luis Aduriz explica la complejidad del asunto de forma muy clara: “me importa lo que consigo con la materia, pero supone un esfuerzo titátino conseguir productos excepcionales” y esto es algo que hay que trasladar al consumidor.
El compromiso adquirido debería ser mutuo. Es una contradicción demandar opciones de menú para intolerantes, por ejemplo, y normalizar que sea el cliente con la intolerancia el que se sienta discriminado cuando elige acudir a un establecimiento que, por la razón que sea, no se dirige a este tipo de colectivo. Pero también es la realidad en la que hay que encontrar oportunidades y para la que el hostelero cuenta con varios aliados encantados de ayudarle.