El huésped que entra en su habitación lo hace abierto a experimentar sensaciones, a dejarse embaucar por el espacio, en su búsqueda de un lugar para el descanso. Una cama con sábanas suaves y cuidadas, toallas y albornoces reconfortantes, fáciles de secar y de tacto agradable siempre son un punto a favor del establecimiento. Los tejidos de naturaleza celulósica como algodón o viscosa, por su carácter hidrófilo, tienden a ser los más confortables, si bien ya se trabaja en el desarrollo de artículos confeccionados con fibras sintéticas nanomodificadas que pueden alcanzar los mismos niveles de comodidad.
El valor diferenciador está en llevar ese bienestar un paso más allá y lograr, como si de un producto cosmético se tratara, aportar propiedades nutritivas y vigorizantes. En esta línea trabajan los departamentos de investigación de los fabricantes, que ya producen textiles basados en nuevas biofibras y fibras naturales como la soja o el bambú, que además de aportar mayor suavidad al tacto, son beneficiosas para la piel, sin perder sus propiedades de durabilidad y calidad.
Tejidos hidratantes al contacto, con efecto termorregulador o con propiedades cicatrizantes son algunos ejemplos de esta tendencia en el cuidado del usuario que se enmarcan dentro de los bautizados como textiles funcionales. “También se han desarrollado fibras técnicas y tejidos que mejoran la calidad del sueño, regeneran la piel o ayudan a reducir el estrés”, apunta el director del Instituto de investigación Textil, Aitex, Vicente Blanes. Estos últimos desarrollos se utilizan sobre todo en sábanas.
Los espacios de spa y “wellness” son algunos de los principales destinatarios de este tipo de soluciones. En estos entornos donde el relax es la máxima, también se deben cuidar otros aspectos como la absorción del agua y la humedad, o en el caso de la ropa de baño, el efecto inverso.
Especialmente indicados para estos contextos son los tejidos que disponen propiedades antiácaros y antimicrobianas, ya que contribuyen a evitar la proliferación de enfermedades infecciosas. Ya se desarrollan tejidos funcionales con características como estas, así como propiedades aromaterápicas aplicadas en toallas, un estímulo más para incrementar la sensación placentera de la estancia.
Domótica y creación de atmósferas
Gracias a la integración de la electrónica y la tecnología, los nuevos tejidos son capaces de interactuar con el medio y el usuario. Una alfombra que informa acerca de la presencia de personas en el interior de las habitaciones sólo con ser pisada es uno de los últimos desarrollos de Aitex. Esta moqueta puede, por ejemplo, encender o apagar las luces, la calefacción, detectar fugas de agua…, con lo que esto supone para el ahorro en electricidad y suministro de ACS.
Este tipo de materiales responden a una serie de criterios técnicos más que estéticos; en el caso de la alfombra, esta es transparente para el usuario, lo que no provoca rechazo ni infiere en diseño interior. Pero también se trabaja en elementos capaces de crear atmósferas en las estancias. Es el caso de la cortina luminiscente que desarrolla el centro especializado, un tejido lumínico confeccionado con fibra óptica que se puede personalizar. “La fibra óptica es capaz de dirigir la luz a lo largo de su longitud usando la reflexión total interna”, explica el ingeniero que dirige esta entidad.
Las posibilidades que abre esta nueva versión de textiles son infinitas y todas ellas se dirigen a crear espacios acogedores que transformen un simple alojamiento en toda una experiencia sensorial.